Mi Abuelo el Caficultor
Por: Nomar Toledo Adames

El café es uno de los productos principales de Puerto Rico. Este fue introducido a la isla en el año 1736. A partir del 1870 la producción de café tuvo un gran aumento en la isla y esto ayudó al desarrollo de muchas actividades complementarias. Algunos ejemplos de estas actividades fueron la artesanía y los jornaleros de la montaña. La mayor parte de los pueblos caficultores se encontraban en el centro de la isla, los pueblos de la Cordillera Central, por sus excelentes condiciones agroecológicas. El café sufrió una recesión productiva a finales del siglo 19 por causas económicas y extraeconómicas como la reentrada de Brasil a la producción cafetalera, Brasil es el primer productor de café a nivel mundial. Otras causas lo fueron la guerra de 1898, los daños causados por diferentes huracanes que afectaron la isla grandemente y por último la primera guerra mundial. Puerto Rico es reconocido como uno de los grandes exportadores de café del Caribe.

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En estos días estuve dialogando con mi abuelo el señor Jorge Adames Torres sobre el tema del café en Puerto Rico y los cambios que este ha tenido durante su larga trayectoria en nuestra isla. Mi abuelo me comentó que empezó a cultivar café desde que tenía alrededor de ocho años de edad ya que su padre y sus familiares tenían fincas dedicadas al cultivo del café. Me comentó que el café que empezó a cultivar era café del país cultivado en sombra. Para esa fecha las personas hacían los semilleros de café por ellos mismos. El café en sombra era uno de muy buen rendimiento ya que su grano era más grande y al recibir menos sol no se quemaba el grano. A los árboles se les hacían terrazas en la tierra y en esas terrazas se le echaba el abono y también se recogían las hojas y esas hojas eran utilizadas como abono también para los árboles.

Me dijo que se enteró como debía sembrar el café de sol por medio del Departamento de Agricultura de Puerto Rico, ya que éstos estuvieron visitando diferentes países de Sur América y otras partes y vieron que en esos lugares el café se sembraba al sol y decidieron seguir esa rutina del café de sol aquí en Puerto Rico. Para sembrar el café de sol utilizaban una cuerda para que de esta manera el café quedara alineado y también se marcaba una línea con cal. El café de sol no llevaba ningún tipo de árboles a sus lados, por esta razón se le conoce como café de sol. Mi abuelo aceptó la nueva manera de sembrar café que se iba a utilizar en Puerto Rico ya que era el modelo que todo el mundo tenía que seguir.

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Al cambiar del café de sombra al café de sol enfrentó una serie de problemas ya que los obreros que trabajaban recogiendo el café tendían a cansarse más rápido ya que estaban trabajando bajo el sol y esto hace que pierdan mucha más energía que cuando era en sombra. Otro de los problemas fue que se gastaba más abono con el nuevo método de café de sol y por último, en algunas ocasiones el café se quemaba por el sol. De acuerdo con lo que mi abuelo me dijo hay una serie de diferencias entre el café de sombra y el café de sol una de estas es que el café de sombra tiene mucho mas rendimiento que el café de sol y su grano es más grande y no se quema. Otra diferencia es que el café de sombra utiliza mucho menos abono que el café de sol ya que para el café de sombra también se utilizaban las hojas del propio árbol y de otros como abono. El café de sombra tenía una mejor producción y mucho mejor sabor.

El recogido del café se afectó ya que se necesitaba más mano obrera para la recolección. Los trabajadores se cansaban más rápido y trabajaban menos horas durante el día. La mayor parte de las personas trabajaban solo hasta el medio día con el café de sol ya que su cuerpo sufría mucho desgaste y cansancio a causa del sol. El recogido de café de sol era más costoso ya que se que se gastaba más dinero en abono y en la mano de obra de los trabajadores ya que para el café de sol se necesitaban más porque las personas trabajaban menos horas durante el día.
El café de sol tiene mejor rendimiento si se abona bien, de tres a cuatro veces al año, también necesita de un buen cultivo y de un buen cuido, ya que ningún café que no tenga un buen mantenimiento da un buen café.

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Para pesar el café antes se utilizaban 3 medidas las cuales eran: la cuartilla, almud y medio almud. Luego de pesar el café, éste se secaba al sol, después de secarse se procedía a romperlo con una máquina de gasolina la que muchas veces de rompía o dañaba y si no tenían máquina se rompía a mano. Después de romper el café se procedía a secarlo en toldos. El café se lavaba en tanques de cemento con agua a la que se le ponía algo conocido como guayo en una de las esquinas. Se lavaba dos veces para así sacarle la baba del café y se movía dos veces con un rastrillo. Cuando se botaba el agua la primera vez que se lavaba el café, el café que no servía corría hacia la esquina donde estaba el guayo y éste se botaba. Antes el café malo se sacaba. Hoy día lo hacen con todo el café junto, el bueno y el malo. El café mientras más maduro tiene mayor peso.

Después que se termina la cosecha de café y que todo el café es recolectado por los trabajadores, todos los árboles de café tienen que ser desganchados si tienen ganchos rotos y en caso de estar virados son enderezados con una horqueta y hay que seguirles dando su mantenimiento y abonándolos tres o cuatro veces antes de que vuelva a empezar la nueva cosecha.
En mi opinión pienso que el café es uno de los productos más importantes de Puerto Rico. Gracias a esta entrevista pude aprender muchas cosas del café las cuales no sabía. Aprendí que el café se sembró bajo sol y bajo sombra y las diferencias y dificultades que causó este cambio de café de sombra a café de sol. También aprendí el proceso de cómo se pesa y se lava el café. En Puerto Rico le deberíamos dedicar mucho más tiempo y el gobierno debería brindarle más ayuda a la agricultura ya que ésta puede ser una gran fuente económica como lo es en otros países del mundo.

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